Parque Nacional Histórico en Haití: Un Tesoro Paisajístico y Cultural
El Parque Nacional Histórico de Haití, ubicado en el norte del país, se extiende en el corazón del Macizo Norte y se extiende hacia la República Dominicana. Su estructura morfológica es compleja, con un macizo calizo de pendientes pronunciadas al oeste (Bonnet-à-l’Evêque, sitio de la Ciudadela) y al sur (Kamadi), esculpido por las aguas de escorrentía que le confieren un aspecto abrupto. El parque también abarca macizos volcánicos (Jérôme, Ginette, etc.) cortados por numerosas quebradas, que descienden hacia el norte en Milot y hacia el sur en el Valle de Brostage. Está situado en la unión de la región de la «llanura costera» y la «montaña interior».
La elección estratégica de construir la famosa Ciudadela en estas cimas difirió de la estrategia de defensa costera heredada del asentamiento francés, marcando así la entrada de las montañas en la historia. La grandeza de las formas naturales armoniza con la arquitectura de estos monumentos, ofreciendo a los visitantes una impresión majestuosa y una notable unidad paisajística.
Para preservar esta joya natural y los logros del Rey Christophe, el Parque Nacional Histórico se estableció con objetivos bien definidos:
Culturales: Preservación y realce de áreas monumentales como la Ciudadela, el Fuerte de Ramiers, el Palacio Sans-Souci y las ruinas coloniales.
Paisajísticos: Protección y realce de los entornos característicos de la región, incluyendo colinas volcánicas, colinas de piedra caliza y valles.
Humanos: Mejora de las condiciones de vida en la zona.
Para asegurar una acción efectiva y evitar la dispersión, el parque está limitado a un área de 25 kilómetros cuadrados. Sus límites se extienden hacia el norte desde el sitio de Sans-Souci hasta la quebrada Brisement, al oeste a lo largo de la pendiente occidental de la cadena de Bonnet-à-l’Evêque hasta el Grand Gouffre, al este cortando el Valle de Dondon entre las colinas Golignant y Bellevue, y al sur siguiendo las crestas de las colinas Corneille, Ginette y Jérôme.
Desde el siglo XVII, el área atrajo a los bucaneros debido a la abundante caza de animales y jabalíes (Grand Boucan). Posteriormente, se establecieron varios asentamientos en el territorio. Sin embargo, los restos precolombinos se encuentran fuera de los límites actuales del parque. Hasta mediados del siglo XVIII, esta región desempeñó un papel secundario en la rápida expansión de Santo Domingo. La proximidad a la frontera española (Saint-Raphaël) no fomentó inversiones significativas más allá del período del Cabo y la Llanura Norte. Los pocos asentamientos establecidos estaban principalmente dedicados al cultivo de tabaco, cacao e índigo. Sin embargo, la introducción del café en 1738 transformó esta área en un lugar próspero, con nombres de antiguas plantaciones de café y restos de estructuras industriales aún presentes, como un molino en Lafitte, un pozo en Briquis y un secador en Arnaud, aunque la mayoría de los edificios han sido demolidos.